jueves, 10 de marzo de 2022

La Profesión Docente en el Nuevo Contexto Educativo

 Por: Lurisol García G.


La docencia actual, a pesar de los avances de la investigación educativa y de los programas de formación de profesores de los últimos años, con demasiada frecuencia se ha convertido en una actividad mecánica, improvisada y fría. El profesor ha olvidado, no le interesa o no sabe cómo impartir una docencia que además de informar, forme. El alumno recibe información, acumula teoría, pero no es capaz de usar crítica y pertinentemente dicha teoría, tampoco de pensar por sí mismo y de tomar posición frente a la realidad y al propio conocimiento. El profesor, la mayoría de las veces, asume el papel protagónico y el alumno el de escucha obediente, desapareciendo así la opción primordial del diálogo en el acto de enseñar y aprender. Luego de la pandemia por COVID-19 esto ha tenido que mejorar un poco, porque la educación tuvo que ser virtual de manera obligatoria.


Según Chema García, en su publicación del 20 de febrero del 2019 en su blog escribe lo siguiente:

La irrupción de las nuevas tecnologías ha provocado un cambio radical a la hora de acceder a la información. Esto, aplicado en el campo de la enseñanza o a los procesos de aprendizaje, supone una modificación igual de drástica en el rol del docente en su comunidad educativa. Ahora, todo el contenido que deben aprender los alumnos está en la red, así que lo que debemos cuestionarnos es: ¿cuál debe ser el rol del docente en los actuales sistemas educativos?

Hasta hace unos años, el profesor era quien seleccionaba y curaba la información que llegaba a sus estudiantes. El docente construía el conocimiento del alumnado y, ante cualquier duda, los estudiantes acudían a él para ampliar o aclarar esas lecciones. Ahora, resulta mucho más rápido acudir directamente a Internet. El gran inconveniente de todo esto es que el alumno se sitúa ante una inmensa cantidad de información que muchas veces es incapaz de asimilar, y es necesaria una constante selección con la que saber valorar y distinguir los contenidos de calidad. Es en este contexto en el que el profesor debe replantearse su papel.

¿Qué pasos debe dar el nuevo docente?

  • Diagnosticar las necesidades.

El profesor debe conocer tanto las características individuales de cada alumno, como las necesidades grupales de la comunidad educativa que supone una clase (afinidades, relaciones, experiencia, etc.).

  • Preparar las lecciones.

Para organizar el aprendizaje, será necesario planificar el curso mediante objetivos, contenidos, actividades, materiales didácticos y un sistema de evaluación, que tengan en cuenta la gran variedad de recursos que ofrece Internet. Así, el profesor debe preparar estrategias didácticas en las que se incluyan ejercicios individuales y colectivos, que promuevan el aprendizaje autónomo, la memoria constructiva y la motivación.

  • Preparar los recursos didácticos.

El profesor tiene que elegir los materiales didácticos que se emplearán, también cuándo y cómo, estructurando su uso en función de los conocimientos previos de los alumnos, y sacando partido a los diferentes canales de información y lenguajes (hipertextos, iconos, multimedia, etc.).

  • Motivar a los estudiantes.

Por ello se entiende despertar el interés del alumnado de los centros educativos hacia los contenidos de la asignatura, por ejemplo, estableciendo relaciones entre la materia impartida y sus experiencias de vida, planteando ejercicios grupales o destacando la utilidad de esas lecciones.

  • Enseñar centrándose en el alumno.

El profesor debe proporcionar toda la información que requiera la docencia, teniendo en cuenta que no es la única fuente para sus alumnos; facilitar la comprensión de los contenidos, fomentar el autoaprendizaje, orientar en la realización de actividades, promover la colaboración, asesorar en el uso de los recursos y evaluar los aprendizajes de los estudiantes, fomentando también la autoevaluación.

  • Ofrecer tutorías físicas y telemáticas.

Para hacer un correcto seguimiento del progreso individual de los alumnos, será necesario actuar de tutor, proporcionando el feed-back adecuado a los centros educativos y al alumno, resolución de problemas y dudas, o incluso manteniendo contacto con las familias. Para ofrecer un máximo rendimiento en estas dinámicas, lo ideal es estar formado en el curso de tutorización online de acciones formativas para el empleo. Con todo este bagaje, el docente también perseguirá el fin de ser un ejemplo por seguir, tanto en las actuaciones como en los valores.


En otras Palabras....

Antes de la pandemia por COVID-19, el contexto educativo tenía un panorama diferente al que vivimos hoy. La presencialidad era fundamental para medir el aprendizaje en los alumnos y el no asistir a clases era una desventaja porque creaba vacíos que eran difíciles de recuperar.

Con la pandemia, la educación tuvo q reinventarse por completo. Poner en práctica múltiples conocimientos sobre tecnología aplicados a cada área del conocimiento. Esta renovada institución educativa, y esta nueva forma de educar, requiere una reconceptualización importante de la profesión docente y una asunción de nuevas competencias profesionales en el marco de un conocimiento pedagógico, científico y cultural revisado. Es decir, la nueva era requiere un profesional de la educación distinto, pero sobre todo con competencias tecnológicas muy desarrolladas para preparar los recursos didácticos.

Sin duda no es una tarea nada fácil, han sido paradigmas muy difíciles de romper, sobre todo para aquellos docentes que estaban acostumbrados a pararse frente a los estudiantes y ser el centro del conocimiento dejando de lado el uso de la tecnología o utilizándola para que los estudiantes entregasen tareas escritas por computadora. Docentes que no se atrevían a utilizar como herramienta tecnológica un correo electrónico o una plataforma educativa sencilla para hacer dinámica sus clases. Para ellos, fue muy difícil, sin embargo, muchos hicieron el intento y aprendieron en tiempos de emergencia sanitaria. Como dice el dicho "aprendieron a la mala", no tenían otra alternativa que aprender. Considero que los estudiantes valoran ese esfuerzo del docente reacio e incluso muchos los ayudaban.

Estoy segura que el docente post pandemia, tiene otra mentalidad, ve su profesión como un reto. Porque debe mantenerse a la vanguardia en muchos temas de tecnología y de su área, debe ser muy ingenioso para captar la atención de sus estudiantes y así  hacer del contexto educativo una nueva versión.


CONCLUSIONES

  • La profesión docente, es ejercida por una persona que adquiere y comparte conocimientos previos mediante la planeación, el desarrollo y la evaluación de la enseñanza y el aprendizaje.
  • Dentro del nuevo contexto educativo, la tarea del docente es enseñarle al estudiante a aprender, pues el profesor debe ser el guía para ayudar a desarrollar la capacidad de análisis y así mejorar sus habilidades de estudio.
  • El reto de los docentes es enfrentar la tecnología que cambia todos los días, poniendo en práctica los conocimientos psicopedagógicos de su asignatura.
  • El docente debe tener la vocación de enseñar, para que pueda transmitir los objetivos de un contenido de manera clara, aprovechando los recursos a su disposición.
BIBLIOGRAFÍA

García, C. (20 de Febrero de 2019). Femxa. Recuperado el 5 de Marzo de 2022, de https://www.cursosfemxa.es/blog/el-papel-del-docente-en-la-actualidad

Imbernón, F. (s.f.). Universidad de Barcelona. Recuperado el 6 de Marzo de 2022, de http://www.ub.edu/obipd/docs/la_profesion_docente_ante_los_desafios_del_presente_y_del_futuro_imbernon_f.pdf

Oviedo, P. M. (2004). SCIELO. Recuperado el 5 de Marzo de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982004000100003

 

domingo, 6 de marzo de 2022

LA PROFESIÓN DOCENTE EN EL NUEVO CONTEXTO EDUCATIVO

 Yacxenia González

 INTRODUCCION

 En plena era de la transformación digital, las estrategias educativas y los nuevos métodos de enseñanza se están diversificando dentro y fuera de las aulas.

El reto que hemos enfrentado los docentes a nivel mundial en el siglo XXI ha sido desafiante y acelerado, especialmente este año 2020, a levantar un proceso educativo digital de manera apresurada, debido a la emergencia de la pandemia COVID-19. En consecuencia, los docentes se han convertido en uno de los actores principales para dar movilidad a los procesos de enseñanza y aprendizaje de las instituciones educativas en este nuevo escenario, organizando, diseñando, analizando, participando y retroalimentando, con su acto pedagógico y didáctico los ambientes pedagógicos digitalizados, los cuales han podido dar cierta permanencia a la oferta educativa de cada institución educativa.

El presente ensayo nace de reflexionar sobre la profesión docente en el nuevo contexto educativo y en este sentido encontrar respuestas a nuestras interrogantes para, de esta forma, abrir caminos por los que se pueda transitar con la finalidad de apropiarnos de los elementos que nos permitan transformar las prácticas profesionales y sumarnos a los esfuerzos de aportar una educación acorde a las necesidades de los nuevos tiempos.

¿Cómo debe ser la profesión docente en el nuevo contexto educativo?

A través de la historia los docentes han tenido la gran responsabilidad de tomar y moderar al ciudadano que desea la sociedad por lo que en la actualidad han surgido muchos cambios en la forma de mejorar la calidad de nuestra enseñanza, por lo que debemos prepararnos hacia tal compromiso.

Los docentes hoy en día desempeñan un papel muy importante en esta era de nuevas tecnologías y es por eso, por lo que se necesita tener maestros preparados para que puedan guiar a través de sus enseñanzas a los estudiantes. Ello implica para los y las docentes competencias profesionales complejas, que combinen habilidades, principios y conciencia del sentido y las consecuencias de su práctica.

Al respecto (Vélez, 2006, p.56), alude que la educación debe implementar modelos educativos basados en competencias que tengan como objetivo principal “dar respuesta a los nuevos requisitos que demanda el mundo actual, por lo que sugiere que la educación debe ser más flexible, abierta y más asociada con el sector productivo y con el entorno en que el individuo vive y se desarrolla”. En este sentido, como docentes comprometidos con nuestra vocación cabe preguntarse, ¿Cuáles son las competencias necesarias para que el profesional de la docencia asuma esa profesionalización en la institución educativa?.

Considero que debemos desarrollar competencias tecnológicas para saber qué hacer y cómo utilizar esas herramientas de las nuevas tecnologías educativas; poseer competencias sociales y de comunicación, que nos permitan dar retroalimentación a los procesos de grupo y trabajo en equipo, adquirir competencias teóricas, es decir, nuevos conocimientos y nuevas teorías del aprendizaje y de la comunicación en situaciones profesionales; así como también competencias sicopedagógicas, para el dominio de métodos de enseñanza con la ayuda de herramientas multimedia informatizadas y métodos de individualización del aprendizaje.

Recordemos que el saber hacer del docente, en consecuencia, se completa y enriquece en la experiencia individual y colectiva en un proceso de sucesivas reelaboraciones; nuestra competencia profesional se refiere tanto al capital de conocimiento del que disponemos como a los recursos intelectuales que hacen posible la ampliación y el desarrollo del conocimiento profesional, flexibilidad y profundidad.

En la conferencia “Reinventar la docencia siglo XXI”, dictada por el Dr. Ángel Díaz Barriga, plantea diferentes desafíos para el trabajo de la docencia como reconstruir el sentido de la pedagogía y la didáctica, asumir la docencia como profesional de la formación y del aprendizaje.

Esta nueva era requiere un profesional de la educación distinto marcado por el conocimiento, la globalización y los cambios radicales, teniendo como reto asumir la docencia como profesional de la formación y del aprendizaje; tal formación, exige docentes comprometidos con el proceso pedagógico, implicados en la labor educativa en donde el papel no es tan solo enseñar, explicar y examinar los conocimientos que tendrán una vigencia limitada sino ayudar a nuestros estudiantes a “aprender a aprender” a reflexionar en la necesidad que hay que adquirir una formación integral en una cultura de cambio que apunte a promover su desarrollo cognitivo y humano mediante actitudes críticas y aplicativas en las que como docente debemos ser un modelo a seguir.

Si bien es cierto en la actualidad y sobre todo por la pandemia el rol del docente ha sido duramente cuestionado y criticado en su acción pedagógica con una formación y una disponibilidad de recursos que tienden a ser insuficientes para los retos que exige el nuevo contexto educativo; no obstante muchos docentes tuvimos que reinventar los procesos de enseñanza para permitir la continuidad del aprendizaje desde casa durante la emergencia y enfrentar grandes retos de manera que en estos tiempos de transformación y cambio, ha sido una nueva oportunidad de aprendizaje tanto para los alumnos como para los docentes. Veo que nuestro rol docente se ha fortalecido y valorado, y nos resta hacer las transformaciones pertinentes en lo que en esta improvisación no ha funcionado bien, centrémonos en que esta ha sido una oportunidad novedosa de aprender de lo vivido, de desafiarnos a nosotros mismos, de salir de nuestra zona de confort, de innovar, crear, de formarnos para el futuro tecnológico obligante.

Para recuperar ese prestigio docente abogo, por la postulación de una enseñanza interdisciplinaria, así como incorporar las TIC al desarrollo profesional para avanzar de acuerdo con los tiempos, con las demandas sociales y con los intereses de los estudiantes para que identifique sus propias potencialidades. Como docentes debemos ser agentes de cambios, ingeniosos, mantener los ojos abiertos con los avances tecnológicos, abrazando las nuevas oportunidades a medida que surgen, también debemos ser precursores en compartir ideas, inspirar y motivar no significa enseñar de forma diferente, sino enseñar con mejores herramientas posibilitando la construcción de un mejor futuro.


CONCLUSIONES

  • Es necesario validar y enaltecer la labor docente con todos los elementos constitutivos y de posicionamiento que requiere una profesión de tan alto valor social.
  • El perfil imperativo del docente requerido será el que esté presto a alfabetizarse digitalmente en nuevas tecnologías, lenguajes y saberes emergentes, con ello podrá mejorar su práctica y, en la medida de lo posible, formará mejor a sus estudiantes.
  • De cara al futuro, la profesión docente exigirá docentes más competentes en el ámbito digital y en nuevas metodologías de enseñanza y apostarán por la educación integral de sus alumnos, así como en la manera de afrontar y resolver nuevas situaciones educativas derivadas de nuevas realidades sociales y culturales.
  • Ser docente es probablemente la profesión más transformadora de la realidad ya que es la formación del ser humano en su integralidad.


Bibliografía

Barriga, D. Á. (Recuperado 05/03/22). Reinventar la docencia en el siglo XXI. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=nqjQEvW6QHM

Paulino Carnicero Duque, P. S. (Recuperado 05/03/22). Nuevos retos de la profesión docente. Obtenido de http://www.ub.edu/relfido/docs/NUEVOS_RETOS_DE_LA_PROFESION_DOCENTE.pdf

 


La Profesión Docente en el Nuevo Contexto Educativo

  Por: Lurisol García G. La docencia actual, a pesar de los avances de la investigación educativa y de los programas de formación de profeso...