domingo, 6 de marzo de 2022

LA PROFESIÓN DOCENTE EN EL NUEVO CONTEXTO EDUCATIVO

 Yacxenia González

 INTRODUCCION

 En plena era de la transformación digital, las estrategias educativas y los nuevos métodos de enseñanza se están diversificando dentro y fuera de las aulas.

El reto que hemos enfrentado los docentes a nivel mundial en el siglo XXI ha sido desafiante y acelerado, especialmente este año 2020, a levantar un proceso educativo digital de manera apresurada, debido a la emergencia de la pandemia COVID-19. En consecuencia, los docentes se han convertido en uno de los actores principales para dar movilidad a los procesos de enseñanza y aprendizaje de las instituciones educativas en este nuevo escenario, organizando, diseñando, analizando, participando y retroalimentando, con su acto pedagógico y didáctico los ambientes pedagógicos digitalizados, los cuales han podido dar cierta permanencia a la oferta educativa de cada institución educativa.

El presente ensayo nace de reflexionar sobre la profesión docente en el nuevo contexto educativo y en este sentido encontrar respuestas a nuestras interrogantes para, de esta forma, abrir caminos por los que se pueda transitar con la finalidad de apropiarnos de los elementos que nos permitan transformar las prácticas profesionales y sumarnos a los esfuerzos de aportar una educación acorde a las necesidades de los nuevos tiempos.

¿Cómo debe ser la profesión docente en el nuevo contexto educativo?

A través de la historia los docentes han tenido la gran responsabilidad de tomar y moderar al ciudadano que desea la sociedad por lo que en la actualidad han surgido muchos cambios en la forma de mejorar la calidad de nuestra enseñanza, por lo que debemos prepararnos hacia tal compromiso.

Los docentes hoy en día desempeñan un papel muy importante en esta era de nuevas tecnologías y es por eso, por lo que se necesita tener maestros preparados para que puedan guiar a través de sus enseñanzas a los estudiantes. Ello implica para los y las docentes competencias profesionales complejas, que combinen habilidades, principios y conciencia del sentido y las consecuencias de su práctica.

Al respecto (Vélez, 2006, p.56), alude que la educación debe implementar modelos educativos basados en competencias que tengan como objetivo principal “dar respuesta a los nuevos requisitos que demanda el mundo actual, por lo que sugiere que la educación debe ser más flexible, abierta y más asociada con el sector productivo y con el entorno en que el individuo vive y se desarrolla”. En este sentido, como docentes comprometidos con nuestra vocación cabe preguntarse, ¿Cuáles son las competencias necesarias para que el profesional de la docencia asuma esa profesionalización en la institución educativa?.

Considero que debemos desarrollar competencias tecnológicas para saber qué hacer y cómo utilizar esas herramientas de las nuevas tecnologías educativas; poseer competencias sociales y de comunicación, que nos permitan dar retroalimentación a los procesos de grupo y trabajo en equipo, adquirir competencias teóricas, es decir, nuevos conocimientos y nuevas teorías del aprendizaje y de la comunicación en situaciones profesionales; así como también competencias sicopedagógicas, para el dominio de métodos de enseñanza con la ayuda de herramientas multimedia informatizadas y métodos de individualización del aprendizaje.

Recordemos que el saber hacer del docente, en consecuencia, se completa y enriquece en la experiencia individual y colectiva en un proceso de sucesivas reelaboraciones; nuestra competencia profesional se refiere tanto al capital de conocimiento del que disponemos como a los recursos intelectuales que hacen posible la ampliación y el desarrollo del conocimiento profesional, flexibilidad y profundidad.

En la conferencia “Reinventar la docencia siglo XXI”, dictada por el Dr. Ángel Díaz Barriga, plantea diferentes desafíos para el trabajo de la docencia como reconstruir el sentido de la pedagogía y la didáctica, asumir la docencia como profesional de la formación y del aprendizaje.

Esta nueva era requiere un profesional de la educación distinto marcado por el conocimiento, la globalización y los cambios radicales, teniendo como reto asumir la docencia como profesional de la formación y del aprendizaje; tal formación, exige docentes comprometidos con el proceso pedagógico, implicados en la labor educativa en donde el papel no es tan solo enseñar, explicar y examinar los conocimientos que tendrán una vigencia limitada sino ayudar a nuestros estudiantes a “aprender a aprender” a reflexionar en la necesidad que hay que adquirir una formación integral en una cultura de cambio que apunte a promover su desarrollo cognitivo y humano mediante actitudes críticas y aplicativas en las que como docente debemos ser un modelo a seguir.

Si bien es cierto en la actualidad y sobre todo por la pandemia el rol del docente ha sido duramente cuestionado y criticado en su acción pedagógica con una formación y una disponibilidad de recursos que tienden a ser insuficientes para los retos que exige el nuevo contexto educativo; no obstante muchos docentes tuvimos que reinventar los procesos de enseñanza para permitir la continuidad del aprendizaje desde casa durante la emergencia y enfrentar grandes retos de manera que en estos tiempos de transformación y cambio, ha sido una nueva oportunidad de aprendizaje tanto para los alumnos como para los docentes. Veo que nuestro rol docente se ha fortalecido y valorado, y nos resta hacer las transformaciones pertinentes en lo que en esta improvisación no ha funcionado bien, centrémonos en que esta ha sido una oportunidad novedosa de aprender de lo vivido, de desafiarnos a nosotros mismos, de salir de nuestra zona de confort, de innovar, crear, de formarnos para el futuro tecnológico obligante.

Para recuperar ese prestigio docente abogo, por la postulación de una enseñanza interdisciplinaria, así como incorporar las TIC al desarrollo profesional para avanzar de acuerdo con los tiempos, con las demandas sociales y con los intereses de los estudiantes para que identifique sus propias potencialidades. Como docentes debemos ser agentes de cambios, ingeniosos, mantener los ojos abiertos con los avances tecnológicos, abrazando las nuevas oportunidades a medida que surgen, también debemos ser precursores en compartir ideas, inspirar y motivar no significa enseñar de forma diferente, sino enseñar con mejores herramientas posibilitando la construcción de un mejor futuro.


CONCLUSIONES

  • Es necesario validar y enaltecer la labor docente con todos los elementos constitutivos y de posicionamiento que requiere una profesión de tan alto valor social.
  • El perfil imperativo del docente requerido será el que esté presto a alfabetizarse digitalmente en nuevas tecnologías, lenguajes y saberes emergentes, con ello podrá mejorar su práctica y, en la medida de lo posible, formará mejor a sus estudiantes.
  • De cara al futuro, la profesión docente exigirá docentes más competentes en el ámbito digital y en nuevas metodologías de enseñanza y apostarán por la educación integral de sus alumnos, así como en la manera de afrontar y resolver nuevas situaciones educativas derivadas de nuevas realidades sociales y culturales.
  • Ser docente es probablemente la profesión más transformadora de la realidad ya que es la formación del ser humano en su integralidad.


Bibliografía

Barriga, D. Á. (Recuperado 05/03/22). Reinventar la docencia en el siglo XXI. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=nqjQEvW6QHM

Paulino Carnicero Duque, P. S. (Recuperado 05/03/22). Nuevos retos de la profesión docente. Obtenido de http://www.ub.edu/relfido/docs/NUEVOS_RETOS_DE_LA_PROFESION_DOCENTE.pdf

 


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